viernes, 8 de noviembre de 2019

Oh, Oh, Oh



¡Oh, culpa!, ingrata compañera. Me eres más fiel que la estima.
¡Oh, pluma!, no te seques cuando mojen mis mejillas penas mundanas.
¡Oh, sonrisa!, no te enfríes cuando el hielo de la maldad te muerda.
Pues sólo somos niños jugando.
Aprendices que intentan alcanzar la cima, subiéndose los unos a los otros.
Yo me quedo bajo- pienso.
El cielo no lo alcanzamos escalando sino mirando hacia delante,en la noche, tumbados en el suelo boca arriba.
La soledad ayuda.
Es entonces cuando vemos las estrellas.
Ni más ni menos; iguales.
Y si la vanidad llama a tu puerta; no le abras, viene a engañarte.

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