viernes, 17 de abril de 2020

Parábola


<<¡Levántate y anda!, dijo Jesús Delgado a su gruesa mujer>>. Y caminaron sobre las aguas del sendero (pues había diluviado horas antes), por entre los olivos. El matrimonio salía todas las madrugadas a hacer ejercicio al monte, antes de que cantara el gallo. Y es que Belén, tras multiplicar los panes en su dieta hipercalórica, se había puesto como una auténtica vaca. Ya en casa, negó tres veces haberse comido todas las rosquillas del desayuno. Sólo quedaba pan y vino en la despensa. Un beso de despedida, entregó a cada uno de camino al trabajo. Ella pasaría por el supermercado, a la vuelta, pues tenía que comprar para doce: celebraban la última cena del año. Belén pasó por el calvario de cocinar durante horas y sacrificó la comodidad, poniéndose sus tacones de aguja y esa bendita faja que obraba milagros en su figura. Fue un martirio escuchar las bravuconadas de los amigotes de Jesús toda la noche.<<¡Feliz año nuevo!, se desearon>>. La despedida tuvo lugar en el portal de Belén y Jesús, tras el cotillón. A la mañana siguiente, el canto del gallo halló a la pareja entre las sábanas: hoy perdonarían el ascenso al monte de los olivos. La causa de no hacer su ejercicio matutino fue la resaca. Una resaca tal, que hasta podría resucitar a un muerto. 

6 comentarios:

  1. Estupenda parodia made in Patricia, me alegra ver que progresas en todos los sentidos. Se ve que estás aprendiendo de tus lecturas. Solo una apreciación, te aconsejo que en estos casos utilices la coma en vez del guion (más apropiado para iniciar y acotar diálogos): «¡Feliz año nuevo!, se desearon.». Un saludo, compi.

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    1. Muchas gracias Javier!!! Y agradezco también tus consejos, que siempre sigo. Un saludo.

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  2. Lo del anterior comentario es aplicable a la primera oración. Sería: «¡Levántate y anda!, dijo Jesús Delgado a su gruesa mujer» (el «dijo» en minúscula, como todos los verbos de habla). Jajaja, qué buen micro, enhorabuena.

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