jueves, 29 de octubre de 2020

Con la música a otra cita

 

Acudía tarde a su cita a ciegas, no veía la hora de llegar. Llevaba dos presentes para la chica: un disco de Radio Futura y un cassette de Alaska. <<¿A quién le importa lo que yo haga?>>, decía pensando en las críticas de la gente sobre su forma de buscar pareja.                                                                
No iba a la última moda: se había cardado el pelo, llevaba unas mallas naranjas del carrefour y una chupa sin gusto. Se soltó la melena, gastando un bote entero de laca; tardó una hora en peinarse. Y es que por fin iba a echar una cana al aire. Pero un viento huracanado le despeinó cuando pasaba junto a la central eólica: había gastado todas sus energías en balde.
Ella también llevaba el pelo alborotado, y las medias de color: era una chica yeyé.   
Lo suyo fue amor a primera cita. Se juraron alta fidelidad, como el tocadiscos, y grabaron su declaración de amor con un radio cassette.                  
Pero su amor no sobrevivió a la era digital. Ya no giró más el disco de Radio Futura. Y a Alaska le empezó a importar lo que pensaran de ella cuando se casó con Mario Vaquerizo: quería ganar  audiencia para su programa de televisión.
Ya nada es lo que era...
Ahora la música suena descafeinada con tanta remasterización, y los derechos de autor andan torcidos con tanta música pirata.
Por cierto, las citas a ciegas han pasado a ser propiedad del programa "First Dates" de la cuatro. Los protagonista de este relato salen en el próximo capítulo. Y no digo más, no vaya a ser que me acusen de hacer spoiler. Así que no me queda otra opción que dejar este relato sin final. FIN.

4 comentarios:

  1. Hola, Patri, hacía tiempo que no me pasaba por aquí para disfrutar de tus letras. Veo que siguen siendo auténticas. Alaska también sigue siendo la misma: un inteligente depredador televisivo que a la chita callando, cambió la cultura underground por el Cine de Barrio. Parece que el dinero la importa más que la opinión ajena.

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    1. ¡Hola, Javier! Me alegra saber de ti. ¡Gracias! Pues si, se ve que Alaska miró en la Bola de Cristal y vio el Punk pasado de moda. Ahora es amiga de Teresa Campos y se ha casado con el Euro. ¡Quién nos lo iba a decir!

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    2. Ya ves tú. Pero no la podemos achacar nada porque sigue fiel a su proclamas revolucionarias: A quién le importa lo que yo diga, lo que yo haga y todas esas chorradas. Al parecer, le importa a mucha gente, y ella encantada de lucrarse de ese interés que despreciaba en sus años mozos. Yo soy así y nunca cambiaré.

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    3. Pues sí. Que si Dinarama, que si los Pegamoides... ¡siempre dando el cante! Luego con los electroduendes y ahora, Mario Vaquerizo: ha sabido sacarle todo el jugo a la mass-media, creando un personaje televisivo atrayente para no sé bien que tipo de audiencia. Yo sigo prefiriendo la 2.

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