Doña Neurona ha dejado de ver la televisión; <<¡estoy hasta la coronilla de tragarme programas basura y publicidad!>>, se queja. En su lugar, se ha comprado un pensamiento (en el vivero que hay a las afueras de la ciudad) y a él dedica todo su tiempo libre.
Una abeja obrera poliniza la flor de la planta; la llaman comunista y radical (es la abeja negra de la colmena).
El pensamiento de Doña Neurona crece y se multiplica, a la vez que telecinco y sus secuaces. Está tan contenta con sus plantas que se lleva una, la más frondosa, a la junta de vecinos. Nada más ver sus flores, Doña Doctrina se encapricha de ella: <<¡pero qué planta más ideal!>>, piensa.
Al poco tiempo, y a fuerza de regalarlos, todos los vecinos tienen un pensamiento propio. Doña Neurona está orgullosa de que, gracias a sus pensamientos, la antena de televisión del edificio haya sido derrocada. Ahora impera la jardinería.
En el hueco que ha quedado en la pared al quitar la antena, se ha instalado una colmena de abejas. Pero es una colmena muy especial, pues en ella no hay reina ni zánganos.
Don Capital, el vecino del quinto, se mudará a otro edificio; cultivar pensamientos no es su fuerte, prefiere ver Gran Hermano. Además, no quiere perderse un solo partido de fútbol en casa.
Me gustaría pensar que Don Capital pertenece a una especie en vías de extinción, aunque sé que en realidad no es así, y que Doña Neurona y el resto de vecinos viven en un gueto, apartados de la sociedad de consumo. Todo por tener un pensamiento crítico...
Yo, de momento, me voy a instalar en el piso que dejó libre Don Capital.
Me encanta como escribes!
ResponderEliminarMe das una alegría.
Eliminary tacita a tacita... se hace la joven el nido sin prisa.
ResponderEliminar¡Jajaja!
Te espera cada miércoles mandíbula batiente.
Eres única, genial!
¡Siempre nos quedará la risa!
EliminarEstupendo relato a la vez que una buena crítica social. Me ha gustado mucho. Un saludo
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Un saludo para ti también.
EliminarUna estupenda parodia. En el utópico vecindario, el pensamiento crítico se impuso al señor Capital; en el mundo, estamos tan lejos de que ocurra algo así como tan cerca de que explote la burbuja del capitalismo.
ResponderEliminar¡Gracias! No hay que perder la esperanza.
EliminarFabuloso!! Me ha encantado 😁
ResponderEliminar¡Me alegro!
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